
Una de las rutinas diarias (dinacharya) consiste en lubricar las fosas nasales, en Ayurveda esta rutina es conocida como “Pratimarsha Nasya”.
Antes de continuar explicando de qué se trata dicha práctica, es importante tener en cuenta que hay diferentes tipos de Nasya cada una con indicaciones específicas para distintas condiciones, la mayoría de los cuales son recomendables realizar bajo la asistencia de un experto en Ayurveda, pues Nasya es uno de los procedimientos que componen los 5 procesos de eliminación de doshas conocidos como “Panchakarma”, sobre lo cual hablaremos próximamente.
Procedimiento
En esta ocasión me basaré únicamente en explicar el procedimiento que sí podemos realizar diariamente desde casa por cuenta propia, ya que es bastante fácil: simplemente se trata de acostarse boca arriba, inclinar la cabeza hacia atrás y colocar 2 gotas de aceite de sésamo (también podemos realizarlo con ghee) en cada fosa nasal, y esperar un minuto o dos para lubricar y absorber dicho aceite, al mismo tiempo que es inhalado. Se recomienda llevarlo a cabo por la mañana, luego del lavado con la lota nasal. En caso de que parte del aceite llegue a la boca, este se debe escupir.
Beneficios
Los beneficios de realizar Nasya de forma regular son múltiples: desde prevenir síntomas físicos como sinusitis, hasta equilibrar el dosha vata, acentuando los canales sensoriales. Tiene un impacto positivo en todo el tracto respiratorio superior, que no sólo se limita a éste; pues este hábito alivia las migrañas y dolores de cabeza, hidrata, entre otros. El aceite crea una capa protectora en la mucosa nasal, reduciendo posibles irritaciones e incluso alergias, lo que se traduce en un sistema inmune con menos carga de trabajo.
Además de todo esto, a largo plazo, tiene efectos positivos sobre ansiedad, estrés, negatividad, entre los factores más usuales que disminuyen el bienestar integral. Favorece tener un estado consciente, ya que la respiración es la puerta de entrada a nuestro sistema nervioso, a nuestro estado de consciencia, energía vital.
Romi