
La nariz
La nariz es la vía de acceso principal para la entrada y salida de aire en los pulmones.
Su función es limpiar, calentar a la vez que humedecer el aire que inhalamos antes de que éste llegue a los pulmones.
La mucosidad y los vasos sanguíneos ayudan a que la nariz ejerza estas funciones. Estornudar ayuda a limpiar la nariz, así como toser ayuda a limpiar los pulmones.
Además, de la nariz obtenemos nuestro sentido del olfato, a través del cual somos capaces de percibir una inmensa cantidad de olores.
Limpieza con una Lota Nasal
El nombre original de este hábito de origen ayurvédico es Jala Neti. Existen diversas traducciones del sánscrito en las que se podría concluir que Jala significa agua y Neti guiar o nariz.
¿Cómo y cuándo se lleva a cabo?
Se llena la lota nasal, la cual se puede adquirir en una farmacia o herbolario, con agua destilada o previamente hervida. La temperatura ideal es la misma del cuerpo (sobre unos 37 C) y se agrega una cucharadita de sal marina.
Se coloca la lota nasal en la fosa nasal derecha y se inclina la cabeza hacia la izquierda, acercando el oído izquierdo al hombro izquierdo, a medida de que nos inclinamos el agua empieza a entrar por la fosa nasal derecha y a salir por la fosa nasal izquierda. Mientras hacemos esta práctica, abrimos la boca y respiramos a través de ésta. Una vez hayamos usado la mitad de agua contenida en la lota, paramos para repetir el procedimiento en la fosa nasal izquierda, inclinando esta vez la cabeza hacia la derecha. Finalmente se soplan ambas fosas nasales para terminar de limpiar, también puedes exhalar por una fosa nasal tapando la otra con un dedo y luego por la otra.
Las primeras veces que realices esta limpieza, puede que te arda un poco la nariz y que tengas que repetir el procedimiento un par de veces, hasta cogerle el truquillo. No debería de pasar agua hacia la garganta o boca.
Es preferible realizar la limpieza con lota nasal como parte de las rutinas de la mañana. La frecuencia puede ser mensual, semanal, o diaria, incluso varias veces al día dependiendo de diversos factores tales como la época del año, aumentando en invierno y primavera, así como al estar resfriado o padecer de alguna alergia. No es recomendable hacerla después de comer.
Beneficios
- Eliminar exceso de mucosidad, toxinas lo que ayuda a prevenir enfermedades del tracto respiratorio, así como a curar resfriados con mayor rapidez. Mejora la rinitis y otros padecimientos crónicos.
- Mantiene el sentido del olfato de forma óptima, lo cual es muy conveniente para nuestra digestión, pues empezamos a producir jugos gástricos mediante el estímulo de olores de los alimentos incluso antes de saborearlos.
- Esta práctica ayuda a prevenir o mejorar dolores de cabeza.
- Incrementa nuestra calidad de respiración con el mínimo esfuerzo, previniendo la sensación de fatiga al recibir una oxigenación óptima, así como también propiciando más claridad mental, lo que estimula la glándula pituitaria que controla el sistema nervioso.
Si estás en el hemisferio norte, y nunca has probado esta práctica, estás en la época del año perfecta para intentarlo y gozar de sus múltiples beneficios.
Además, para completar la rutina, recomendamos llevar a cabo nasya, de lo cual te hablaremos pronto.
Romi